En Japón, un daruma es un muñeco, inspirado en la figura del monje Bodhidharma, que sirve como amuleto de la suerte y es símbolo de los buenos propósitos. En España, por lo menos para los lectores de manga, Daruma es la encargada de que entendamos lo que dicen los personajes de ‘Detective Conan‘, ‘Ranma‘ o ‘20th Century Boys‘. Por esta empresa de traducción pasan la mayoría de los mangas que se editan en España. Marc Bernabé, capitán de ese barco junto a su esposa Verònica Calafell, responde a nuestro cuestionario desde la Feria del Anime de Tokio.

¿El manga te llevó al idioma o fue al revés?

Fue más bien un poco de ambas cosas. Yo era (soy) un gran fan de ‘Dr. Slump‘ y ‘Dragon Ball‘ y, como tal, no me perdía nunca un episodio de los respectivos anime. Así, lo que siempre conseguía fascinarme eran las letras con el título del episodio que aparecían al principio, ya que estaban escritas en un idioma con formas muy raras que me fascinaban. A raíz de eso tomé la resolución de algún día intentar aprender japonés. Aparte, a mí siempre me habían gustado muchísimo los cómics en general, no solo el manga, pero por la situación económica de mi familia nunca había podido tener muchos (aunque me las apañaba para leer todo lo que podía en la biblioteca, a través de amigos, etc.). Al empezar a aprender japonés, al cabo de dos años tuve la oportunidad de pasar un año en Japón, en la ciudad de Kioto, y allí descubrí… ¡Las tiendas de manga de segunda mano! Por solo 100 yenes (aproximadamente 70 céntimos de euro) podías comprar un tomo de 200 páginas. Además, los tomos nuevos cuestan solo entre 400 y 600 yenes (de 3 a 4,5 euros). Así, por poco dinero, podía leer tanto material como quisiera y fue entonces cuando empecé a meterme en serio en el mundo del manga y a leer muchísimas historias de todo tipo. Así que la respuesta es un poco de ambas cosas.

¿Cómo te lanzaste a la aventura de Daruma?

Bueno, fue de forma natural, sin planificación. En un momento dado, cuando ya nos sentimos con el nivel suficiente para empezar a traducir de forma profesional, cayó un gran encargo en nuestras manos (por cierto, hablo en plural siempre porque siempre he trabajado con la que ahora es mi mujer, Verònica Calafell, y todo lo que he hecho ha sido con ella). Este encargo era la adaptación al catalán de la serie televisiva de ‘Shin-chan’. Aquel primer proyecto marcó nuestra carrera y pronto conseguimos más encargos, tanto de manga como de anime, sobre todo para las editoriales Glénat y Planeta DeAgostini. Al hacerse el manga y el anime muy populares con el tiempo, el número de encargos y de clientes fue creciendo exponencialmente, hasta el punto de que Vero y yo solos no podíamos encargarnos de todo. Así, buscamos ayuda de otros traductores, hasta que al fin formamos un equipo suficientemente grande como para plantearnos la formación de una empresa especializada en la traducción de entretenimiento japonés y coreano al español y al catalán. Así fue como nació Daruma, que este año 2009 cumple su quinto aniversario.

Por vuestras manos han pasado gran parte de los mangas editados en España en los últimos años… ¿Cuáles son los que más te han gustado?

Para mí ha sido un gran placer traducir toda la obra de Naoki Urasawa que hay disponible actualmente en el mercado español (‘Monster’, ’20th Century Boys’, ‘Pluto’ y ‘Yawara!’), así como gran parte de las obras del «dios» del manga Osamu Tezuka (‘Buda’, ‘Fénix’, ‘Black Jack’, ‘Astroboy’…). También ha sido un gran honor traducir Ikkyû, de Hisashi Sakaguchi, una obra que me fascina. Y actualmente estoy inmerso en el mundo de Kazuo Koike y Goseki Kojima, los autores de ‘El lobo solitario y su cachorro’, con la increíble obra ‘Hanzô, el camino del asesino’. Estoy disfrutando muchísimo con este título.

Además del idioma, tenéis que conocer bien la cultura japonesa. Pienso en obras como ’20th Century Boys’, llenas de referentes populares…

Sí, por supuesto, ambas cosas van de la mano. Además, a mí me fascina la era conocida como «Shôwa» (1926-1989), especialmente la cultura popular de estos años, sobre todo en la forma de manga y anime. Como me gusta mucho este tema, traducir obras como ’20th Century Boys’ resulta fascinante y a la vez, al conocer bastante bien la realidad que nos narra, lo disfruto mucho más y puedo transmitir mi pasión al lector sobre todo mediante notas del traductor que aclaran ciertas cosas que el lector español no tiene por qué conocer.

Quedan atrás los tiempos de la «españolización» en las traducciones… Supongo que se ha mejorado mucho desde el primer boom del manga en España.

No sé muy bien a qué te refieres con «españolización», pero sí es cierto que los aficionados exigen la máxima fidelidad al original y esto, como fan del manga que soy, es algo que siempre he comprendido y respetado mucho. Por supuesto, fidelidad no significa «literalidad», por lo que aunque procuro ser fiel al original, eso no quiere decir que utilice exactamente las mismas palabras que el original. Lo que hay que trasladar no son tantos las palabras como las intenciones, el tono y estas cosas, y en este sentido creo que mis traducciones o, en general, las traducciones de Daruma, se ajustan a lo que quiere el lector actual.

Marc aún tiene mucho que decir. Como en los buenos mangas… Continuará